Premio a la vida y obra
de un periodista


Cecilia Orozco Tascón

En una entrevista de hace más de una década Cecilia Orozco Tascón se definió a sí misma como “un zumbidito que estorba”. Esa condición, la de zumbarle al poder e incomodarlo con persistencia y dignidad, ha sido su marca constante durante más de cuatro décadas de ejercicio profesional vigilante e independiente.

 Empezó como reportera de crónica roja en el turno de las 4:00 a. m. y a punta de tesón se ganó la oportunidad de foguearse en periódicos, revistas, radio y televisión. En un entorno particularmente difícil para las mujeres, Cecilia Orozco abrió camino cuando en los años 90 alcanzó el cargo de directora de noticieros de televisión. Estuvo al frente del Noticiero de las 7, de Hora Cero y de CM&. Desde 2011 dirige Noticias Uno, medio que se ha consolidado entre la audiencia como referente del periodismo que hace contrapoder a partir de una agenda informativa propia, con investigación y denuncias que con frecuencia tienen eco en otros medios de comunicación. Además, Cecilia Orozco publica cada semana en El Espectador una columna de opinión y una entrevista, espacios en los que desde hace años ejerce vigilancia sobre los poderes públicos, con particular énfasis y conocimiento en asuntos relacionados con la política, el poder judicial y los órganos de control. 

Una de sus entrevistas emblemáticas fue la que le hizo a Guillermo Cano Isaza en la sede de El Espectador, un día antes de caer asesinado en diciembre de 1986 por las balas del narcotráfico. En ese diálogo alcanzan a apreciarse tempranas reflexiones suyas sobre el ejercicio periodístico, que luego se volverían cotidianas durante su desempeño como Defensora del Lector de El Tiempo. Desde esa época Cecilia Orozco adquirió el compromiso valiente de pensar en voz alta y hacer reflexiones éticas y críticas sobre su propio oficio. 

Tan sólo en los últimos cinco años ha publicado más de veinte columnas sobre medios de comunicación, periodistas, censura y libertad de expresión, en textos en los que habla con nombres propios y llama la atención sobre los riesgos que amenazan el derecho ciudadano a recibir información de calidad. En esas columnas Cecilia Orozco ha escrito sobre “relaciones cruzadas entre propietarios de medios e intereses informativos”; sobre “comunicadores que trabajan en la provincia colombiana, amenazados por los poderes locales que ellos vigilan”; sobre el riesgo que implica tener propietarios de medios “que sólo ven balances en donde antes había pasión por la tarea”, y sobre la garantía de la libertad de prensa, que “es difícil y pesada cuando uno nada solo y contra la corriente”. La solidaridad con colegas perseguidos, amenazados o censurados, de distintas regiones y tendencias, ha sido otro sello de sus columnas, su vida y su obra.  

Por ejercer un periodismo fiscalizador que fortalece la democracia; por hacer de la libertad de pensamiento una práctica cotidiana; por luchar para defender la independencia editorial que le permite revelar lo que el poder quiere silenciar; y por su persistencia ejemplar para no callarse ni autocensurarse, siempre desde la intención de un periodismo ético y riguroso, el jurado se honra en reconocer a Cecilia Orozco Tascón con el Gran Premio a la Vida y Obra de una Periodista.